«Si las lámparas son esculturas de luz del diseñador Alex Berned, la cocina será expresión de modernidad con profundas raíces en la tradición histórica «
Siempre he pensado que en un restaurante lo importante es lo que está en el plato. Pero a veces los elementos decorativos pueden darnos unas claves de lo que vamos a comer o hemos comido. Si las lámparas son esculturas de luz del diseñador Alex Berned y en una alacena en lugar de honor se encuentra una antigua edición del libro de Francisco Martínez Montiño, cocinero de la corte de Felipe IV, todo ello nos indica que la cocina será expresión de modernidad con profundas raíces en la tradición histórica.
Frederic Fernández en la cocina e Ignasi Montes en el comedor siguen la máxima dorsiana de que todo lo que no es tradición es plagio. Una tradición puesta al día traducida a los cánones de la cocina más actual.
El restaurante Ósmosis es pequeño con una decoración cálida y cuidada, pero huyendo del lujo excesivo. Apuesta los mediodías por el menú. Un menú que se aleja de la vulgaridad, pero que permite sobrevivir por la tarde sin los estragos de los excesos del banquete fastuoso. Una muestra del menú el día de nuestra visita será lo suficientemente elocuente. En lo nuclear se trataba de cuatro medias raciones. Se inició con una crema de calabacín con el delicioso contraste de la miel y el romero. Continuó con unas lentejas suaves y sabrosas con brócoli y bacalao y con una dorada con soja y verduras. Y terminó con un jarrete de ternera al vino del priorato con un ligero acompañamiento de puré.
Por las noches se apuesta por la carta o un menú degustación más largo y solemne. En general se trata de una cocina pensada y razonable que no pretende geniales inventos, pero a cuya racionalidad añade gran profesionalidad en la realización.
Si la orientación culinaria es hacia la modernidad, hay otro elemento a destacar en el mismo sentido de adaptación a la modernidad: el menú del dia se actualiza cada día en la página web del restaurante, de modo que se puede ir sin temor a sorpresas. En conjunto un restaurante para visitar incluso con frecuencia para quien ame la seguridad con un fuerte toque de adaptación a los gustos y necesidades de la actualidad.
Butulus Fartus