Zoltan Nagy publica su primer libro Reinas de Copas, 50 vinos con alma de mujer

El mundo de la industria vitivinícola, como en muchos otros sectores en nuestra sociedad, aún puede percibirse como tradicionalmente ‘masculino’. Esta afirmación es solo cierta en parte, ya que en los últimos años, más y más mujeres ganan protagonismo en la industria del vino en nuestro país, no solo liderando bodegas familiares, sino que también al frente de departamentos de exportación, ventas o marketing, entre otros. Ya nadie duda del peso de las mujeres en el mercado de consumidoras de vino, y ahora esta importancia se va trasladando en el sector profesional de una forma cada vez más rápida y natural. Si hasta ahora no nos habíamos dado cuenta de esto, puede que sea por falta de visibilidad del papel de estas mujeres.

Reinas de Copas, las grandes mujeres del vino (Tolosa Wine Books) es el primer libro que escribe Zoltan Nagy para ponerlas en valor. Bajo su criterio personal, ha pedido a 50 mujeres de la industria del vino que le cuenten su historia personal y además que escogieran el vino que mejor las representa, de aquí salen los 50 vinos con alma de mujer. “Por circunstancias de la vida tengo muy buena relación con mujeres, he catado con muchas de ellas y creo que aportan una sensibilidad y delicadeza que el mundo del vino necesita” explica Zoltan, que al mismo tiempo rehuye de los estereotipos de poner una etiqueta de género a los vinos: “mi intención en el libro es destacar el gran trabajo que hacen las mujeres en este mundo, el vino que hacen estas mujeres es su vino y por lo tanto tiene su alma, de aquí viene el nombre”. Zoltan admite que la industria del vino aún es muy masculina, pero de la misma forma “esto poco a poco va cambiando, cada vez hay más mujeres al frente de grandes empresas como Mireia Torres, Marta Reventós o Ernestina Torelló, mencionando algunas que salen en el libro”.

Dicen que Pepe Rodríguez ha conseguido situar la cocina castellana en el mapa de la misma forma que Ferrán Adriá o Martin Berasategui, dos de sus mentores, consiguieron en su momento introducir la cocina española en el panorama internacional. Sea esto cierto o no el caso es que este cocinero de Illescas, localidad situada muy cerca de Toledo y a solo 35 kilómetros de Madrid, lo que busca es provocar sensaciones en sus comensales utilizando para ello lo que mejor conoce; la cocina castellana. Llegó a los fogones por casualidad, o tal vez debemos decir por necesidad, ya que había que salvar El Bohío, el restaurante familiar inaugurado en 1923 y que desde hace años tiene una Estrella Michelin y a eso sí que se le puede llamar «salvar un negocio».

España celebra este año FITUR, Feria Internacional de Turismo, con los mejores datos turísticos de la historia del país. Más de 60 millones de personas se acercaron a lo largo del año pasado a España para disfrutar de las excelencias del país, con lo que hemos recuperado el tercer puesto en el ranking de países más visitados detrás de Francia y Estados Unidos. Ingleses, alemanes y franceses son las nacionalidades que más nos visitan pero destaca sobre todo el incremento de turistas rusos. Otro dato destacable es que si bien España sigue siendo un destino de sol y playa hay otros atractivos que empiezan a despuntar como la cultura y sobre todo la gastronomía.

Tiene una mirada dulce y algo pícara a la vez y un rostro lleno de ternura aunque en el fondo se vislumbra una fuerte personalidad y una vida llena de convicciones. A nadie se le escapa el hecho de que ha tenido que trabajar duro, no para llegar al Eliseo, esa fue solo una etapa de su vida, sino para conseguir la armonía entre su propia existencia y la gastronomía