● El objetivo es la reducción de las aplicaciones de cobre y azufre en el viñedo así como una disminución del 80% en tratamientos y el uso del tractor
● El programa toma el modelo de los Piwi ‘s de Alemania donde ya hace muchos años que trabajan con este tipo de plantas
● Los tres bodegas reclaman un liderazgo de la administración considerando que estamos ante un «proyecto de país”
Albet i Noya, Alta Alella y Celler Piñol presentaron los primeros resultados del proyecto de viña experimental con Variedades Resistentes y Autóctonas Adaptadas al Cambio Climático (VRIAACC). Esta es una iniciativa que las tres bodegas están llevando a cabo los últimos 5 años en colaboración con el obtentor y genetista suizo Sr. Valentin Blattner y tiene una duración total de unos 15 años.
Ante un centenar de personas provenientes del mundo de la viticultura y enología de Cataluña, las tres bodegas enfatizaron en la necesidad de que sea la administración quien tome las riendas de este proyecto. «Estamos ante un tema que tiene un alcance de país, de aquí dependen las cepas del futuro. Francia, Italia, Alemania ya lo tienen claro y han apostado por esta vía. Nosotros no nos podemos quedar atrás, pero solos no podemos
llegar muy lejos «, comentan desde las bodegas impulsoras del proyecto.
El objetivo de VRIAACC es la investigación en nuevas plantas de variedades autóctonas (de momento se trabaja con Xarel·lo, Macabeo, Parellada, Tempranillo y Garnacha negra) que sean resistentes a plagas como el oídio y el mildiú para poder reducir así el uso de cobre y azufre en el viñedo. Aparte de esta resistencia genética a algunas plagas, las variedades resistentes también tienen más tolerancia a la sequía y pueden retrasar la maduración de la uva entre 2 y 3 semanas. La reducción de tratamientos en el viñedo también llevará otros beneficios para el suelo (menos compactación y menos residuos) y también para el medio ambiente (menos emisiones de CO2). Las VRIAACC cogen el modelo de otros países como Alemanía, Francia o Estados Unidos, que hace muchos años que trabajan con los llamados Piwi ‘s (abreviación alemana para Variedades de uva Resistentes a los Hongos) y que consiste en una hibridación por cruce floral entre plantas de una misma especie o interespecífica).
Para obtener estas nuevas variedades (hijas de las variedades actuales) se ha contado con la colaboración del obtentor suizo Valentin Blattner, que a lo largo de los últimos 5 años ha ido haciendo cruces entre las variedades autóctonas de Cataluña y otras variedades ya resistentes. No es pues una mutación genética sino que es una evolución dentro de la misma especie entre las variedades propias y otras que contienen las características deseadas de resistencia a los principales hongos, a la sequía, maduración tardía y alta calidad en los vinos obtenidos.