Hace 18 meses, Torrons Vicens decidió la compra de la fábrica Xocolata Jolonch, la más antigua de Agramunt y la única de las dos históricas fábricas mundiales que aún funciona hoy en día. El objetivo era claro: darle continuidad y proyección. Desde su origen en 1770, la fabricación del chocolate Jolonch se ha realizadado a la manera tradicional: cacao africano tostado en leña, lo que transfiere al producto un singular «aroma casero». Esta manera de hacer el producto, como piezas de artesanía, continúa igual, y además ahora se proyectará a través de la red de ventas de Torrons Vicens.
Torrons Vicens ha querido incorporar a sus más de 300 tipos de productos «el chocolate de toda la vida» y revitalizar la marca Jolonch, afirma Ángel Velasco, gerente de Torrons Vicens, la fábrica clásica del turrón vigente desde 1775. «Hemos querido añadir a nuestra red de ventas el chocolate más tradicional: aquel que se ralla y se prepara con agua o leche hirviendo». Ante el chocolate en polvo del mercado, Torrons Vicens reivindica «el tradicional rallado». Y para ello, desde este mes ya se puede encontrar en las grandes superficies bolsas de chocolate rallado Jolonch y, a partir de 2015, se prepara la apertura de tiendas franquiciadas para la venta de Xocolata Jolonch.
Velasco es nuy optimista de cara a la próxima campaña de Navidad, tanto para Torrons Vicens como para Xocolata Jolonch: «Nuestras previsiones son incrementar el volumen de ventas entre un 20 y 25% de Torrons Vicens, y de un 50% de Jolonch, respecto a 2013».
Jolonch, un chocolate con historia
A lo largo de su historia, Xocolata Jolonch se ha caracterizado principalmente por la fabricación de chocolate a la piedra, considerada una variedad autóctona de Agramunt. Curiosamente, la denominación «a la piedra», no proviene de la dureza del chocolate, sino de la piedra de granito que se utiliza aún hoy para la trituración del cacao hasta convertirlo en masa líquida.
Se trata de un chocolate que sólo contiene cacao, azúcar, harina de arroz y esencia de canela y vainilla.