Releyendo el libro ‘Star ‘(El sueño de una estrella) de Danielle Steel, novelista que sabe trasmitir emociones y conflictos humanos, apareció en mi memoria lúdico – culinaria el restaurante La Estrella, ubicado frente a la parte lateral de la Estación de Francia. Un espacio medio olvidado por la sociedad actual barcelonesa y que en mi infancia era como un universo de imaginativos viajes: con distintos convoyes tirados por máquinas que soltaban chorros de vapor, sus pitidos ensordecian y la gente se entrecruzaba, dándose golpes con las maletas duras y repletas de pertenencias, ánimos de esperanza para los que llegaban y algunos otros que se marchaban con la imagen apesadumbrada buscando otra oportunidad.
Calles de bullicio, cercano al barrio de El Born, limitando con la Barceloneta, los grises vigilantes policías del Gobierno Civil, carretillas, carretas y porras. Vaya mezcla. Ahí está, en el centro de una esquina, La Estrella, la cocina de siempre a la máxima potencia.