Paseamos nuestras vidas
buscando las ilusiones que
vuestras miradas esconden
tras los velos y temores,
delirantes y sorprendidos,
porque seguimos envueltos en amor.
Nos alimentamos de vuestros consejos,
saboreamos vuestra dicha y,
a veces, los de la sin razón.
Los frutos prohibidos comidos
por canes amarillos no
florecen en nuestro rincón.
Alojaros en nuestros lazos
atados a nuestro
¡! sí quiero ¡¡,
descubriendo las nuevas
caricias hasta enloquecernos de deseos,
arrebolando los sentidos en cada poro de la piel.
Casarnos, casados,
cazarnos, cazados.
Os asustan nuestras
verdades.
No debéis sucumbir a los
esquemas, escudos de la
egoísta razón.
Estamos locos para deshacer
los temas de las avaricias
y sinsabores del corazón.
Necesidad de vivir.
Música, canción.
Armonía de existencia:
vuestra presencia.
Hoy os regalamos la ilusión,
la dicha, el placer, la feliz
sonrisa…
¡¡ Sois nuestra vida ¡!
Y aún así, existe el veneno
ahí fuera, de sabor amargo y
olor nauseabundo.
Pero estos días de otoño,
gracias a todos por ser el
espejo donde se reflejará
nuestro mundo. Sin prisas.
¡AH ¡, EL AMOR.