Celebrando su décimo aniversario, Mas Bertran afianza lazos y se empapa de la mineralidad del Montsant para presentar su primer vino tinto, Nutt Grenache, un coupage ameno que completa la oferta de una bodega con dos espumosos, un vino blanco y un rosado en el mercado. Comprometida con el territorio, y con sus viñas, Mas Bertran y su equipo de enólogos han trabajado durante meses con algunas de las cepas más antiguas de esta D. O. tarraconense para conseguir un vino propio, con sentimiento y filiación, un vino que te devuelve a la tierra, a tu tierra, con las ideas y valores que han marcado la historia de la bodega.
Bajo estas premisas nace el nuevo Nutt Grenache -ya premiado en la feria ProWein de Düsseldorf el pasado mes de marzo-, un vino seco, joven, equilibrado, fácil de beber, construido a base de garnacha (60%), syrah (30%) y cariñena (10%), tres de las variedades más y mejor trabajadas en las faldas del Montsant.
Allí ha encontrado Mas Bertran la altitud, la lluvia escasa, el paraje envuelto de bosques mediterráneos, el contraste atmosférico y el semicírculo de montañas que extrae lo mejor de la garnacha, la localización cercana y exacta que buscaba para realzar la mineralidad y tipicidad de su primer tinto.
Los seis meses de reposo, bajo estricto control, en barricas de roble francés y americano de segundo y tercer año, han acabado de perfilar un vino de intenso color rojo con notas violáceas, que transporta al bosque, precisamente allí donde está su origen. Un vino especial, por ser el primer tinto de la bodega, por cultivarse en el lugar propicio y por continuar, con uvas y equipo, la línea local de Mas Bertran, su vinculación a lo que es nuestro.
Mas Bertran:innovación, tradición, naturaleza
El sueño hecho realidad de dos familias, los Ventura y los Carbó, de obtener de su tierra el mejor vino cumplirá en 2015 una década. Su primera referencia fue un espumoso, Balma 2004, y su tierra, Sant Martí Sarroca -enclavada entre el Penedés Central y Superior-, les siguió dando alegrías y ampliando la familia. Con buen recibimiento, actualmente forman parte de ella Balma, Argila y Argila Rosé, Nutt y Nutt Rosé, y el recién llegado Nutt Grenache.
Muy vinculada al territorio que la acoge, la bodega Mas Bertran destaca por recuperar con pasión variedades casi perdidas y autóctonas catalanas, como el sumoll o el xarel·lo, de viñas viejas de más de 65 años. El resultado, vinos y espumosos eminentemente monovarietales, donde la uva y la naturaleza, el terruño, se expresan en libertad. Intervenir al mínimo para lograr el máximo rendimiento es la directriz básica.
Mas Bertran trabaja con viñas de la zona, con viticultores, vecinos, amigos de toda la vida con los que hablan a diario, decidiendo juntos cómo tratar la cepa, aseverando en su voluntad de vendimiar a mano, consiguiendo un control íntegro desde el comienzo del proceso. Su producción ha ido incrementándose año tras año, llegando a las 145.000 botellas en 2013, casi el doble que en el año precedente. Dedicando el 38% a la exportación, Mas Bertran está presente en países como Japón, Suiza, Suecia, Alemania, Panamá o Colombia, con previsión de aumentar destinos y porcentaje de exportación (45%) a lo largo de este 2014.