Esta bilbaína de 31 años de edad y sumiller del restaurante Guggenheim de Bilbao se ha llevado este año el premio Nariz de Oro, cuya final se ha celebrado en Madrid en su edición número XVIII. La joven sumiller se convierte en la tercera mujer en hacerse con este premio.
En la final se arriesgó descartando lo que creía que no era y apostando finalmente por el tempranillo y el syrah. Porque los sumilleres se quían de los recuerdos, de las sensaciones olfativas que han ido construyendo a lo largo de los años.
Esta competición que se lleva celebrando desde hace 18 años premia al mejor sumiller que sea capaz de identificar un vino en una copa negra, guiado tan sólo por el olfato. Muchos son los sumilleres que anhelan este preciado galardón pero cada año son solo seis los que llegan a la final. En esta ocasión fueron cuatro hombres y dos mujeres los que se enfrentaron a cinco copas negras cuyo contenido tenían que identificar solo con el olfato.
David Seijas del Restaurante El Bulli en 2006, Antonio Jesús Gutiérrez de Trujal Vinos en Málaga en 2007 y por Jordi Raventós del Restaurante El Bosc en Tarragona en 2008., han sido los ganadores en las últimas ediciones de este premio que se desarrolla a lo largo de varios meses mediante eliminatorias en diferentes ciudades.
Pero en esta reunión compiten también los vinos en busca del premio:
“Los Mejores Vinos de España”. En esta edición los galardonados han sido: 1º Premio Espumosos: Gramona III Lustros G.R. 2002, Gramona, Cava. 1º Premio Blancos: Viña Cantosán Verdejo 2008, Grupo Yllera, Rueda. 1º Premio Rosados: Uncastellum 2008, Bodegas Uncastellum, Ribera de Gállego. 1º Premio Jóvenes y Semicrianzas: Mestizaje 2007 de la Bodega Mustiguillo, VT Terrerazo. 1º Premio Tintos Crianza más de 9 meses: Alfa Spiga 2004, O. Fournier, Ribera del Duero. 1º Premio Dulce: Duquesa PX, Romate, Jerez. 1º Premio Generoso: Osborne 10RF Oloroso Medium.
Igualmente importante es la muestra de expositores relacionados con el mundo vitivinícola que se desarrolla paralelamente al concurso. Además todos los años hay varias sorpresas gastronómicas con la idea de ofrecer un maridaje idóneo entre los caldos y los aperitivos.
Un artículo de Elisabeth Norell