Han pasado catorce años y todo sigue igual. He querido volver a uno de esos restaurantes de los cuales, se guarda siempre un grato recuerdo; tanto por su cocina, como por los momentos vividos en el. Entre Riudellots de la Selva y Cassà de la Selva, está Campllong un municipio de apenas 500 habitantes y con una economía que se fundamenta en las diversas empresas que hay en el municipio, junto con las explotaciones de ganado porcino, bovino y establos de vacuno.
Pero para mi, y para otras muchas personas, Campllong, es CAN BARRIS; un restaurante de cocina catalana especializado en la elaboración de caracoles, y que desde el año 1949 y a través de 3 generaciones lo han situado como un referente en la cocina de Girona.
Su carta nos ofrece una clara muestra de la cocina de siempre, elaborada sin artificios ni engaños; Caracoles «a la llauna», pies de cerdo a la brasa o guisados y ternera con setas, espalda de cabrito al horno, costillitas de cabrito rebozadas, ceps con foie y huevo….. la «coca» amb “tomata” (tostada suculenta, y crujiente)…postres de elaboración casera, “recuit” (cuajada-requesón) inolvidables.
Pero la estrella de Can Barris son sus caracoles. Presentados perfectamente alineados en bandejas de distintas cantidades, 60-100-150-200… con un sabor, y una textura inigualables y con esa salsa tan reducida y deliciosa que queda prácticamente enganchada al caracol. Para mi no hay duda, en Can Barris están los mejores caracoles del mundo.
Y en esta visita, en esta vuelta a tiempos pasados, para completar el menú, nada mejor que un clásico de la casa (olvidado en la mayoría de restaurantes); un Turnedó Rossini.
Nada más y nada menos que un Filet Mignon frito con mantequilla, cubierto con una rodaja de foie y con una salsa demi-glacé y en su base un caracol de hojaldre y que substituye a la pequeña porción de pan ligeramente frito, que es habitual en este plato.
Yo personalmente la próxima vez pediré ese pedacito de pan frito en lugar del caracol hojaldrado.
Y según me cuenta la propietaria, la Sra. María, no soy el único con esta petición. Para recordar más sabores, una “butifarra de perol amb grana” (judías, garbanzos, y fesols ), como diría mi buen amigo Rodrigo Mestre “para llorar de placer”. Todo esto merecía unos postres a juego; ‘Recuit de llet de vaca amb mel’, sabroso, equilibrado, en su punto.
Con todo ello queda clara mi recomendación para visitar Can Barris, pedir caracoles (imperdonable no hacerlo) y dejarse llevar por su carta llena de reconocibles y suculentos platos.
La amabilidad del personal y el trato atento hacen el resto.
¡¡¡Reserven mesa ¡¡¡
Ctra. de l’Aeroport a Cassàkm 242
17457 CAMPLLONG (Girona)
T 972 461 005
www.canbarris.cat