Biodivine es un proyecto de Life + 2009 que versa sobre el manejo de la biodiversidad en paisajes vitícolas. Este proyecto se empezó a llevar a cabo en 2010 con la previsión de ser finalizado el 2014 y tiene como objetivo principal demostrar los beneficios que proporciona la diversidad biológica funcional.
En Albet y Noya no podía faltar nuestra implicación en todo proyecto con enfoque medioambiental en el sentido de intentar mejorar la cantidad y la calidad de los elementos que quedan en el campo, siguiendo las pautas que lo comportan y ayudando a la mejora de los hábitats.
Contribuir, de este modo, en la conservación de la naturaleza y también en la calidad medioambiental, promoviendo los valores estéticos del maravilloso paisaje que, en este caso nos rodea en medio de Subirats, entre las montañas que componen los Costers del Ordal.
El proyecto
Creyendo en este instrumento pues, nos introdujimos en este proyecto con la intención de mejorar lo que esté en nuestras manos. En este sentido hemos trabajado duro, en varias líneas: en muchos viñedos con grandes taludes hemos plantado árboles de diversas especies como encinas, pinos y robles en la parte alta de éstos y adelfa en la parte baja. En lugares donde los taludes son más suaves y de poca altura hemos plantado madroños. Más recientemente en un talud muy grande hemos plantado más de 7 especies de árboles y arbustos autóctonos diferentes (sabinas, granados, …) todo ello con la intención de fijar más la tierra y proporcionar hábitat y alimento a animales e insectos de diversas especies.
Siguiendo esta idea, utilizamos la confusión sexual en todas las fincas para tratar de la manera más natural posible la afectación de los insectos.
Por otra parte, para mejorar la sostenibilidad del suelo y favorecer la preservación debida a la erosión, tenemos cubierta vegetal en todas las viñas durante 6 meses al año y durante los 6 meses restantes, ⅓ de las parcelas continúan con la cubierta. Éstas son en algunos casos espontáneas, pero en la mayor parte son sembradas con especies diversas de leguminosas que fijan nitrógeno del aire de forma natural y nunca contaminan las capas freáticas, nutriendo las plantas y microorganismos del suelo.
En último lugar, y con el fin de preservar lo que consideramos un paisaje mediterráneo y tradicionalmente vitícola, contamos ya con un total de 4.018 metros de muros de piedra seca, que hemos ido recuperando en los últimos cuatro años. Hemos reconstruido algunos y también hemos hecho nuevos a través de la organización de 6 cursos de dos días cada uno. Estos cursos se han llevado a cabo para enseñar a gente de la zona a restaurar y construir con la técnica de la piedra seca, estas terrazas que configuran el paisaje vitícola de las laderas de Ordal en unas terrazas que se pretende que algún día puedan ser consideradas como PATRIMONIO DE LA UNESCO.
Estas construcciones ancestrales de piedra seca, suponen también la mejora del legado de nuestros antepasados, y hábitat de múltiples animales como lagartos, lagartijas, grillos, arañas, gusanos, caracoles, …
Seguiremos así pues, adelante y sin pausa intentando luchar de la manera que más nos ajusta a la conservación y mejora del medio ambiente.