Cocinera y estilista de cocina, Amanda Laporte cuenta con una valiosísima experiencia en la producción y realización de libros de cocina, el diseño de marcas alimenticias, y también como asesora culinaria.
¿Por qué no recuperar esos sabores que permanecen en nuestra memoria? ¿Por qué no darnos un pequeño gusto preparando un dulce tal y como lo hacían nuestras madres? Alguno pensará en Proust y su té con madalena, en sabores que nos hacen recordar… Otros, en el título de una película, Regreso al futuro, porque bien podríamos decir que este libro nos permite mirar hacia detrás para disfrutar de ahora en adelante… Amanda Laporte ha buscado en la memoria familiar las recetas y los trucos que utilizaban sus mayores para mejorar los pasteles, bizcochos, galletas, sorbetes y helados que ella prepara ahora.
Resultado: un recetario de postres, algunos tradicionales, otros no tanto, que están todos para chuparse los dedos. Recetas fáciles, explicadas paso a paso, con prácticos consejos y con ingredientes al alcance de cualquiera, para sorprender a tus comensales y sorprenderte a ti mismo.
Además, y por aquello de abrir boca hojeando, el libro viene ilustrado con las sabrosas fotografías de Jordi García.
En definitiva, un libro imprescindible para los amantes de la pastelería en el que la autora ha plasmado todos sus conocimientos, y los de su familia, y la pasión que siente por su trabajo. Bon appétit!
www.grijalboilustrados.com
www.megustaleer.com
Empiezas el libro agradeciendo a tu abuela y a su cocinera las enseñanzas. Hay que ser agradecidos…
Esta es mi manera de agradecerles lo que soy. Porque aunque las recetas se puedan pasar escritas en un papel de mano en mano, las vivencias en una cocina son personales e intransferibles. El amor por la cocina y la comida bien hecha se consiguen cerca de los fogones.
… y remontarse a los clásicos.
Las modas están muy bien, hacen que estemos entretenidos, pero los clásicos forman parte del día a día y de nuestros recuerdos más amados. Aparte de que siempre triunfan.
Todos guardamos en la memoria sabores que nunca más hemos podido encontrar. De todo lo que comías en casa de tu abuela, ¿qué es lo más difícilmente reproducible con los ingredientes de hoy?
Las tartas de frutas, melocotón, higos, cerezas,… todas cogidas del árbol, en el momento perfecto de maduración, con un aroma irrepetible. También alguna receta que mi abuela, con su ingenio, transformaba añadiendo algún ingrediente secreto que no revelaba jamás. De todas maneras, el sabor de los grandes recuerdos es siempre más intenso que el de la realidad.
Lo hemos oído mil veces: “Yo cocino bien pero no tengo mano para los dulces”. ¿Cuál es el secreto? Uno fácil…
Medir los ingredientes de la forma más exacta posible y conocer el horno que usas porque la temperatura puede estropear fácilmente una tarta o unas galletas.
¿En qué ha cambiado la repostería desde los tiempos de tu abuela? ¿Qué nos sugieres que hagamos que ella no habría hecho jamás?
En que hoy tenemos menos tiempo y disponemos de repostería industrial de mala calidad que puede convencer por los ojos. A veces las tartas más feas caseras son las más buenas. Mi abuela no hubiese comprado una tarta en el supermercado. “Zapatero a sus zapatos”. Puestos a comprar, mejor en las pastelerías tradicionales.
¿Cuál es tu aportación personalísima a las recetas?
Pues algunas las he variado un poco, disminuyendo la cantidad de mantequilla para que fuese más ligera o añadiendo detalles de presentación para que se vea más apetitosa o sea más presentable.
¿Cuál es tu receta favorita? ¿Por qué?
< El sorbete de higos, porque sólo lo he comido hecho por mi abuela, por mi madre o por mí.
¿Y la que peor te sale?
¡No la he puesto en el libro!
De entre todos los libros de recetas que tenemos a nuestra disposición, ¿qué hace del tuyo algo especial?
Que es auténtico, que las recetas salen y que tiene imágenes de cada receta, mostrando claramente el color y la textura final.